La fruticultura regenerativa, una revolución silenciosa

El agricultor, biólogo y filósofo japonés Masanobu Fukuoka plasma su filosofía de devolver al suelo su riqueza en su libro ‘La revolución de una brizna de paja’. Permitir que la planta alimente a la red trófica que necesita con sus raíces, un manejo holístico de la tierra que contribuye a la fijación de carbono, contando con ganado para nutrir y abonar y evitar arar es una alternativa a la agricultura convencional. La agricultura regenerativa gana hectáreas en la fruticultura.

La Almendrehesa (Andalucía), Frutos Naturales Orgánicos S.L. (Aragón) y Pomona Fruits (Cataluña) son tres empresas de esta nueva generación de fruticultores que, con una concepción holística de sus fincas, tienen en cuenta sus tierras, el entorno, los microorganismos y promueven una nueva agricultura, otra manera de luchar contra el cambio climático.

La primera de ellas, La Almendrehesa, surgió en un proyecto de restauración del paisaje impulsado por la Fundación Commonland (Holanda) y la Asociación AlVelAl de las comarcas del Altiplano de Granada, Los Vélez (Almería), Alto Almanzora (Almería), Guadix (Granada) y el noroeste de Murcia para poner en valor productos en un territorio degradado.

«Nos dedicamos a comprar almendra de cultivos y a venderla en el mercado centroeuropeo. Lo que tiene de especial es que no solo es agricultura ecológica sino que también procede de la llamada agricultura regenerativa, un paso más hacia la sostenibilidad respecto a la ecológica», explica su director general, Pablo García.

El proyecto, basado en la filosofía de la Fundación Commonland de los cuatro retornos, pretende tener no solo el retorno del capital natural de beneficio del medio ambiente sino también el del capital social, el financiero y el de inspiración. Comercializa entre 250 y 300 toneladas de almendra en cáscara

«No solo pretendemos mejorar el medio ambiente, sino también mejorar las condiciones de vida de las personas que viven en el territorio y proporcionarles rentabilidad suficiente y evitar la despoblación del mundo rural», afirma el directivo.

«Exigimos –agrega– a todo aquel que quiera traernos almendra que cumpla una serie de requisitos de la agricultura regenerativa que supervisa un técnico de Asociación AlVelAl para fomentar la conservación del suelo y la biodiversidad. Se trata de no labrar más de lo conveniente, de dejar cubierta vegetal, plantar plantas aromáticas u otra vegetación que promueva la biodiversidad».

Cuenta Pablo García que quienes se dirigen a la empresa tienen interiorizado que este manejo no solo es beneficioso a corto plazo en la rentabilidad de sus explotaciones, sino también, a largo plazo, para dejar una finca en estado adecuado para las siguientes generaciones. Explica que sin los mejores márgenes de beneficio que tienen los agricultores con la agricultura regenerativa el proyecto no tendría sentido.

La compañía ya ha inspirado a otros agricultores productores de aceite agrupados en Habitat y hay otro grupo de la zona que cultivará plantas aromáticas.

Ovejas entre cerezos

También se dedica a la almendra Frutos Naturales Orgánicos. En Bolea (Huesca) está empezando a trabajar la agricultura regenerativa en sus fincas de almendros y en sus cerezos.

La empresa comenzó hace tres años a trabajar con técnicas ecológicas y el año pasado apostó definitivamente por las regenerativas, una idea en la que sus socios llevaban años pensando.

Frutos Naturales Orgánicos cultiva treinta hectáreas de almendros y otras seis hectáreas de cerezos, y comercializa las cerezas con la marca Celi.

Convencidos de que la forma más interesante de trabajar un cultivo es devolver al suelo su fertilidad natural y de que el parámetro más claro para saber cómo está es el carbono fijado en el humus teniendo la microbiología adecuada, han empezado a trabajar la cubierta vegetal.

Hay zonas de almendros y cerezos en las que los socios respetan lo que ya hay, haciendo un trabajo de afinado y otras en las que siembran una mezcla de leguminosas gramíneas buscando una cubierta de pastos.

«Para que pueda hacer el trabajo de fijación de carbono, la cubierta vegetal tiene que estar verde y lo mejor para ello es un pastoreo controlado. Hay que hacer un pastoreo muy intensivo, durante muy poco tiempo. Es el paso que vamos a implementar este otoño, haremos una prueba controlada para después de primavera redimensionar el rebaño de ovejas para la finca», avanza Arturo Ferrer, uno de los impulsores del proyecto.

Burros en los manzanos

Otra de las nuevas apuestas es la de Pomona Fruits, en Ivars d’Urgell (Lleida). Gemma Llanes y Xavier Viladot empezaron a comer alimentos ecológicos cuando nacieron sus hijos. Ese cambio personal les llevó primero a reconvertir la finca de manzanos, perales, albaricoqueros y melocotoneros convencional en ecológica y de ahí a saltar a la regenerativa para dar también algún paso hacia la biodinámica.

«La agricultura regenerativa a nosotros nos ha abierto los ojos en el sentido de dar importancia al suelo. La convencional mira más el árbol, en la ecológica es opcional. Un suelo fértil da fruta de más calidad, más producción e incluso puede ayudar a controlar las plagas. Estamos aprendiendo a regenerar nuestros suelos que no es fácil, pero estamos disfrutando», afirma Gemma.

Entre sus frutales tienen ocho asnos que se comen las hierbas y abonan la tierra con sus excrementos. También han plantado plantas aromáticas y colocado colmenas y hoteles de insectos para las abejas osmias, además de casetas para murciélagos.

Josep Ramon Sainz de la Maza Benet es ingeniero agrónomo experto fertilidad del suelos y asesor de Pomona Fruits y otras empresas. Desde su punto de vista, la desaparición de productos fitosanitarios del mercado, la resistencia de algunas plagas y la demanda de productos sostenibles por parte de los consumidores está aumentando el interés de los productores en alternativas de manejo aunque el concepto de agricultora regenerativa todavía no se ha extendido, «generalmente solo se distingue entre convencional y ecológica».

«La gracia está en entender cómo funciona el sistema de forma natural, que es la más eficiente, y aprovechar la energía y la sinergia y ver si al agricultor le encaja, tiene que estar muy convencido, solo así le saldrá bien», concluye.

Otra experiencia innovadora en frutales es el proyecto Polyfarming financiado por el programa LIFE de la comisión Europea y liderado por el Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestal CREAF de Barcelona que se desarrolla en una finca de 80 hectáreas de Planeses, en la comarca de la Garrotxa, a 40 kilómetros de Girona con huerta y ganadería que tiene una parte importante de bosque, 50 hectáreas y dedica siete hectáreas a nogales. Los daños en los frutales de la tormenta Gloria han obligado a replantar la zona.

Uno de los investigadores, Javier Retana, señala que el objetivo es combinar los frutales con los pastos para que se alimenten las vacas que pastarán entre los nogales.

El interés por este modelo se extiende por todos los sectores y crece de manera espectacular en la viticultura. Hace unos meses, Familia Torres anunció que había iniciado un plan agrícola para aplicar el modelo de agricultura regenerativa en sus viñedos ecológicos para combatir el cambio climático y alcanzar su objetivo de tener un impacto positivo en el clima a partir de 2050.

Rosa Matas.

Publicado en Revista de Fruticultura nº83

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