Luis Planas Puchades, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación

Entrevista
Luis Planas Puchades, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación

‘Hay que reforzar las actuaciones para incrementar el consumo de frutas entre personas de 16 a 49 años’

Este valenciano, nacido en 1952 y licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia, es el ministro de Agricultura del gobierno del socialista Pedro Sánchez. Antes de ocupar el cargo contaba con una amplia trayectoria en el ámbito político agrario, y entre otros había sido consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía en dos etapas diferentes. Tras el anuncio de elecciones generales el 28 de abril, esta corta legislatura está a punto de concluir. En esta entrevista repasamos con él la actualidad del sector, centrada sobre todo en la fruticultura.

 

Ante la crisis de la actual campaña citrícola, ¿qué medidas se están tomando desde el ministerio?
La actual campaña ha presentado ciertas singularidades que han determinado un mercado con cotizaciones inferiores a la media de años anteriores, como elevados volúmenes de producción, menores calibres, retrasos en la maduración en algunas variedades, competencia con productos importados o un limitado movimiento en los mercados europeos.
Con el objetivo de regular el mercado, y a petición del sector, antes de finalizar el año aprobamos un programa de retirada de 50.000 toneladas de cítricos para su transformación en zumo y distribución a través de entidades benéficas. Estas retiradas se realizan en el marco de los programas operativos de las Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFHs) y reportarán al sector 12,5 millones de euros. Por supuesto, esta acción es adicional a la posibilidad que ya tienen las OPFHs, por decisión propia, de retirada de fruta en el marco de sus programas operativos, al amparo de los cuales ya se habían retirado 10,5 millones de kilos entre septiembre y diciembre del pasado año. Además, a efectos de paliar las dificultades financieras que está originando esta situación a los agricultores, hemos visto la necesidad de complementar la medida de retirada de urgencia con otras relativas a la financiación y fiscalidad, las cuales también deberán tener un impacto inmediato. Entendemos que, a corto plazo, la aplicación de estas medidas atenuará los efectos más apremiantes.
En todo caso, es necesario trabajar de manera conjunta para garantizar un futuro sólido y estable para el sector y consolidar su posición como primer exportador de producto en fresco. En este sentido, estamos elaborando un diagnóstico de la situación sobre aspectos coyunturales y estructurales del sector citrícola, que sirva de base para la elaboración de un programa de futuro que permita su relanzamiento. Nuestra intención es que dicho programa contenga un abanico de herramientas de apoyo a los citricultores, con medidas dirigidas a organizar y reestructurar el sector, a mejorar la planificación de los mercados, a equilibrar la cadena de valor y a potenciar el consumo.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) está dispuesto a tomar cuantas medidas sean necesarias para mejorar la estabilidad y el futuro del sector citrícola español y, en ese contexto, una interprofesional citrícola eficaz y organizaciones de productores articuladas son fundamentales por parte del propio sector.

¿Y en el caso del veto americano a la aceituna negra española que ha provocado graves pérdidas a nuestros productores?
El procedimiento antisubvención y antidumping tiene un trasfondo distinto. Fue abierto por la Administración de EE. UU. con el fin de restar competitividad a nuestro sector y reducir sus ventas en el mercado norteamericano, que es el primer destino de nuestras exportaciones de aceituna de mesa. El perjuicio que está causando a nuestro sector es importante, con unas pérdidas en los diez primeros meses de 2018 de 22,7 millones de dólares.
Pero, además, se ha puesto en cuestión el actual modelo europeo de ayudas agrícolas de la Política Agrícola Común (PAC) que reciben los productores de aceituna de mesa y el conjunto del sector agrícola comunitario. Ayudas que están incluidas en la caja verde de la Organización Mundial de Comercio (OMC), desacopladas de la producción y que, por tanto, no generan distorsiones en el comercio internacional.
El Gobierno de España, cuya implicación ha sido máxima desde el primer momento, ha solicitado una batería de medidas a la Comisión para paliar la situación. Así, como primera respuesta, la Comisión ha planteado incluir 2,5 millones de euros para el sector de la aceituna de mesa en el programa de promoción de la UE para el año 2019.
Además, estamos realizando el seguimiento del mercado de aceituna de mesa, con el objetivo de detectar de forma rápida posibles deterioros de la situación de sector, que justifique la solicitud de una ayuda a los productores y a la industria de aceituna de mesa española.
El pasado 29 de enero la Comisión Europea solicitó ante la OMC, a petición de España, el inicio de consultas formales con Estados Unidos por entender que este país ha incumplido la normativa de la OMC. Si estas consultas no permiten llegar a una situación consensuada, se dará paso a un recurso ante el órgano de solución de diferencias de la OMC.

¿Cómo ve la intensificación en cultivos como el olivar y el almendro? ¿El futuro va hacia allí o hay riesgo de ‘burbuja’?
El proceso de intensificación de la agricultura y, en particular, de los cultivos del olivar y el almendro tiene como objetivo la mejora de la rentabilidad de las producciones.
En la actualidad, el cultivo del almendro está claramente en expansión en nuestro país y se están obteniendo producciones de gran calidad. En el caso del olivar, en los 30 últimos años el proceso de intensificación ha permitido un incremento de la producción de aceite de oliva y del nivel de vida en las zonas productoras. En concreto, hemos pasado de una media de 700.000 toneladas en el periodo 1990–2000, a 1.200.000 t en las últimas seis campañas, lo que ha supuesto nuestra consolidación como primer productor mundial y nuestro liderazgo en los mercados internacionales, en los que se está incrementando su consumo.
El sector oleícola español es consciente de que el mejor instrumento para garantizar la rentabilidad de todos los operadores de la cadena y el mantenimiento de nuestros mercados es lograr una estabilidad de las cotizaciones. Por ello, desde el ministerio se ha apostado por avanzar hacia la autorregulación del sector que permita regular los volúmenes a comercializar, con el fin de lograr la necesaria estabilidad de los precios al productor y al consumidor. Desde el ministerio se realiza un continuo y exhaustivo seguimiento de los distintos productos agrarios y, por el momento, no se han detectado señales que determinen que la expansión de estos cultivos pueda tener efectos contraproducentes.

¿Cómo se está desarrollando el plan de medidas para la mejora del sector de la fruta dulce? ¿Se están cumpliendo los objetivos fijados?
El pasado 21 de enero se publicó el Informe de Seguimiento del Plan de Medidas para la Mejora del Sector de la Fruta Dulce, alguna de cuyas medidas ya se ha desarrollado (la reducción del índice de rendimiento neto para este sector en el ejercicio fiscal 2017, para inyectar liquidez al sector) y se están sentando las bases de otras iniciativas, de carácter más estructural, para ir logrando objetivos.
Por ejemplo, se han aprobado cambios normativos enfocados a mejorar el control de la oferta, la comercialización y la gestión y prevención de crisis, y se ha iniciado la tramitación de proyectos normativos para facilitar las exportaciones, cuestión fundamental en un sector que envía fuera de España cerca de un millón de toneladas.
En cuanto a la promoción del consumo de fruta dulce, el ministerio ha hecho un esfuerzo importante a través de campañas específicas, como la de ‘Fruta de Hueso, de corazón’, en colaboración con la Real Federación Española de Natación, o el tradicional Programa Escolar de Frutas y Hortalizas que fomenta el consumo entre los niños, consumidores del futuro.
Además, desde la campaña pasada este ministerio trabaja en la ampliación del nivel de información sectorial que ayude a la planificación y el seguimiento de las campañas, mediante una publicación semanal de producciones, retiradas, exportaciones y precios, entre otros parámetros, durante toda la campaña de fruta hueso.

‘Una interprofesional citrícola eficaz y organizaciones de productores articuladas son fundamentales’

España exporta cada vez más fruta, ¿2019 seguirá esta tendencia? ¿Están trabajando en nuevos protocolos para acceder a nuevos mercados?
El sector de la fruta tiene una vocación exportadora innegable. Según los datos de EUROSTAT, las ventas de frutas y hortalizas en el exterior superaron los 15.000 millones de euros en 2018. En el caso de los cítricos, somos el primer exportador mundial de frescos del mundo, y estoy seguro de que, al margen de coyunturas, el sector mantendrá su actual puesto de honor en los mercados exteriores.
Somos conscientes de la gran concentración que existe en el mercado comunitario y se está trabajando con intensidad en la búsqueda de nuevos mercados, lo que permitirá a los productores diversificar la oferta y obtener mejores resultados.
Fruto de este trabajo, en los últimos meses se ha conseguido la apertura de nuevos e importantes mercados, como la uva de mesa para China y Vietnam, o el melocotón y ciruela a Argentina. También se está trabajando en nuevos protocolos para exportar productos como el caqui y los cítricos a Perú, fruta de hueso y fruta de pepita a México, cerezas a Argentina. Y se están dando condiciones para mejorar el acceso de nuestros productos a importantes mercados asiáticos como Japón, China o Vietnam.
Otro aspecto importante en el que estamos trabajando es en lograr que el procedimiento administrativo de solicitud y emisión de los certificados fitosanitarios de exportación sea claro, sencillo y ágil para facilitar los procedimientos para nuestros exportadores, sin que por ello se pierdan las garantías que el certificado oficial debe ofrecer a los países terceros.

¿Qué puede suponer para nuestro sector frutícola la salida del Reino Unido de la UE?
El ministerio ha realizado un análisis exhaustivo de las posibles repercusiones en la UE de la salida del Reino Unido, en todos los sectores que están en el ámbito de nuestras competencias. De este análisis se desprende que el sector de las frutas y hortalizas es uno de los que puede tener mayores consecuencias. De hecho, el valor de nuestras exportaciones de frutas y hortalizas a Reino Unido asciende a más de 1.900 millones de euros anuales. A las posibles pérdidas directas habrá que sumar las que se podrían producir como consecuencia de la bajada de precios en toda la Unión por el incremento de la oferta generado. Además, los productos destinados al Reino Unido pasarán a tener un control aduanero tradicional, con un incremento de los correspondientes controles técnicos y documentales.
El ministerio ha tenido en cuenta estos factores a la hora de establecer nuestro Plan de Contingencia. Además, hemos transmitido a la Comisión Europea la necesidad de tener establecidas de antemano las medidas necesarias para poder evitar, en la medida de lo posible, una crisis de mercado como consecuencia del Brexit.

El sector agrario se queja que en materia de productos vegetales hay un ‘escaso’ o ‘ineficaz’ control de la UE para evitar la entrada de nuevas enfermedades. ¿Qué opina al respecto?
Las importaciones de materiales de origen vegetal desde terceros países están sometidas a requisitos fitosanitarios armonizados a nivel de toda la UE. Además, en casos como el de los cítricos, existe un nivel de protección importante, ya que todas las importaciones desde terceros países están sometidas a un control obligatorio por parte de los inspectores de sanidad vegetal de los puestos de inspección fronterizos (PIF).
En este contexto, el MAPA trabaja en una doble vertiente. A nivel interno, ejerce la coordinación funcional de los PIF y trabaja en la formación continua de los inspectores. Y desarrolla una labor constante con las autoridades de la UE para revisar la normativa fitosanitaria europea, con el fin de mejorar la protección de las producciones mediterráneas.
Entre otras cuestiones, se ha logrado que la nueva legislación fitosanitaria suponga la inmediata regulación de determinadas producciones no reguladas hasta el momento (uvas, fresas, kiwis, aguacates…), y la Comisión Europea está en línea con el ministerio a la hora de establecer unas frecuencias mínimas de control obligatorias para todos los productos y en todos los Estados miembros.
Y la interprofesional del sector de la fruta dulce, ¿para cuándo?
El pasado mes de diciembre el sector de la fruta de hueso manifestó a este ministerio la intención de crear una Organización Interprofesional de la Fruta de Hueso, con el objetivo inicial de la promoción del consumo de fruta en el mercado interno.
Los primeros pasos se están dando. De hecho, el 30 de enero el ministerio reunió al sector para resolver dudas e informar sobre los requisitos para el reconocimiento de la interprofesional. Ahora, son las asociaciones interesadas las que deben llegar a los acuerdos necesarios para hacer realidad esta Organización Interprofesional.

‘El sector de la fruta tiene una vocación exportadora innegable’

Como ministro también de alimentación, ¿le preocupa la poca ingesta de fruta, sobre todo, entre los más jóvenes?
El fomento del consumo de frutas y hortalizas se encuentra entre las prioridades del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Según los datos del Panel de Consumo Alimentario en Hogares del ministerio, en los últimos diez años el consumo de frutas frescas en España ha disminuido en un 9%. Además, el consumo per cápita ha descendido en un 13% desde 2008, situándose en 90,5 kg/habitante y año según datos de 2018.
En cuanto a la distribución del consumo en función de la edad y teniendo en cuenta el consumo per cápita de frutas de 2018, se aprecia que casi el 40% de éste procede de menores de hasta 15 años. No obstante, en el rango poblacional de 16 a 34 años es del 13%, valor muy parecido al que tienen los consumidores de 35 a 49 años, con el 16%. También cabe destacar el elevado consumo per cápita de los mayores de 50 años, con 33%. Por ese motivo, consideramos que hay que reforzar las actuaciones para incrementar el consumo de frutas entre personas de 16 a 49 años, ya que su consumo per cápita no llega al 30% del total de la población.

¿Cuáles son los principales retos a corto plazo que se ha fijado con su equipo de trabajo por lo que se refiere al sector frutícola?
Sin duda, y tal como he comentado en la pregunta anterior, uno de los principales retos que tenemos en nuestro país es conseguir aumentar el consumo de fruta. A nivel sectorial es fundamental la organización del sector productor a través figuras como las Organizaciones de Productores, las Asociaciones de Organizaciones de Productores o las Organizaciones Interprofesionales. El desarrollo pleno de estos instrumentos, en un corto plazo, permitiría al sector productor un reequilibrio entre la oferta y la demanda, no solo concentrando la oferta, sino planificando la producción y la comercialización.
Y en relación con la valorización de nuestra producción, el MAPA seguirá trabajando en la diferenciación de nuestras producciones por su calidad, lo que aumentará el valor añadido de la fruta, tanto en los mercados nacionales como internacionales.

La investigación, la innovación y la transferencia tecnológica son esenciales. ¿Cuáles son las prioridades del ministerio en este ámbito?
Efectivamente, esos tres aspectos son esenciales para poder dar respuesta a los retos económicos, sociales y medioambientales del sector agroalimentario. Concretamente, nuestra prioridad es seguir impulsando la transferencia de conocimientos y la innovación dentro del sector agroalimentario, a través de subvenciones que se enmarcan en la Asociación Europea para la Innovación en materia de productividad y sostenibilidad agrícolas. Estas ayudas, incluidas en el Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014–2020, son tanto para apoyar la creación de grupos operativos (formas asociativas innovadoras y multidisciplinares) como para financiar ejecución de proyectos innovadores.
La programación de fondos para ambas en el periodo 2014–2020 alcanza los 57 millones de euros. Se trata de iniciativas innovadoras que nacen del propio sector, de sus actores económicos y sociales, que forman los denominamos grupos operativos supra–autonómicos para llevarlos a la práctica. Otro rasgo distintivo de estas ayudas, es que tienen una cofinanciación comunitaria de un 80%, proveniente del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural, aportando el ministerio el 20% restante.
Hasta la fecha, hemos convocado ayudas a la creación de grupos operativos en dos ocasiones (en 2016 y 2018), con lo que hemos financiado el establecimiento de 177 grupos de temáticas muy variadas (60 en 2016 y 117 en 2018), con concesiones que se elevan a 8,4 millones de euros (2,7 millones de euros en 2016 y 5,7 millones en 2018).
En lo que respecta al sector frutícola, se han subvencionado un total de 26 grupos operativos (13 en la convocatoria de 2016 y 13 en la de 2018), que suponen un total de 1.116.939 euros, y que abordan un amplio abanico de temáticas como la adaptación al cambio climático, el control integrado de plagas y enfermedades, la gestión sostenible del riego o la incorporación de nuevas tecnologías de tipo Big data, entre otras.

Respecto al cambio climático y la sostenibilidad económica y medioambiental, ¿qué están haciendo?
La sostenibilidad del sector de las frutas y hortalizas, y de la agricultura española en general, es una de las grandes prioridades del ministerio. En relación con el cambio climático, estamos impulsando medidas que mitiguen los efectos de las actividades agrarias sobre el clima, y por otro, iniciativas de adaptación a los previsibles escenarios climáticos de futuro. A este respecto, el sector de la fruta juega un papel fundamental ya que tiene una gran capacidad de absorción y fijación de carbono.
La modernización de los regadíos está permitiendo hacer un uso más eficiente del agua, la energía y de los fertilizantes. Además, la tecnología incorporada permitirá una mejor adaptación a las condiciones climáticas futuras al poder programar el riego en función del estado de desarrollo de los frutales y las disponibilidades de agua.

‘El MAPA seguirá trabajando en la diferenciación de nuestras producciones por su calidad’

Por último, ¿cómo va la negociación de la nueva PAC? ¿Habrá cabida para la fruta?
En junio del año pasado la Comisión Europea presentó las propuestas de los reglamentos que van a constituir la base normativa para el nuevo periodo de la PAC 2021–2027. Para establecer la posición de España ante dicha propuesta de forma consensuada, transparente y participativa, el ministerio se ha reunido con representantes de las Comunidades Autónomas, las Organizaciones Profesionales Agrarias y las ONGs medioambientales, con el objetivo de debatir los principales temas de interés de la reforma (tales como los relativos a los Planes Estratégicos, las intervenciones del primer y segundo pilar, los instrumentos de mercado o las cuestiones horizontales) y así poder defender, de la mejor forma posible, los intereses de nuestros productores.
El sector de las frutas y hortalizas tiene un peso muy importante dentro de PAC y es esencial para este ministerio apostar firmemente por todas las medidas necesarias para apoyarlo. Por un lado, estamos trabajando activamente para conseguir que la asignación presupuestaria destinada a la PAC y a las ayudas sectoriales se mantenga en el próximo periodo.
Por otro, defendemos que las intervenciones sectoriales a través de los Programas Operativos de las Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas mantengan su presupuesto independiente y que el gasto medioambiental mínimo que han de llevar a cabo sea realista. Además, abogamos por el mantenimiento de las medidas de gestión de crisis y la adopción de medidas excepcionales en caso necesario. Y también apostamos por reforzar las herramientas de estructuración y ordenación de la oferta para potenciar el papel de autorregulación de las organizaciones y asociaciones de productores y las organizaciones profesionales.
Isidre Font.

Publicado en Revista de Fruticultura nº68

 

 

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