Entrevista
Miguel A. Torres, presidente de la Federación Española del Vino (FEV)

‘Debemos seguir sumando esfuerzos para superar los retos que tenemos por delante como sector’

A mediados del mes de julio del 2017, Miguel A. Torres, presidente de Bodegas Torres, asumió la presidencia de la Federación Española del Vino (FEV) durante la Asamblea General Extraordinaria de la entidad, sustituyendo en el cargo a Christian Barré. Ahora, que ya lleva unos meses al frente de la FEV, aprovechamos para preguntarle por los objetivos que se ha fijado y que nos haga una radiografía de cómo está el sector vitivinícola en estos momentos.

¿A nivel personal, que supone para usted ser presidente de la FEV?
Como empresario he vivido la Federación Española del Vino desde sus comienzos, recuerdo asistir a las primeras reuniones ya a finales de los años 70. En este tiempo he podido ver de primera mano la gran evolución que ha experimentado hasta convertirse en la organización moderna que es hoy, con una firme vocación de representar a todas las bodegas españolas y defender sus intereses en todos los foros nacionales e internacionales, apoyando a las empresas y trabajando para incrementar la competitividad y el valor de nuestros vinos en el mundo.
Para mí es un honor poder contribuir a esta labor de todos ahora desde la presidencia, como antes lo hice desde la Comisión Ejecutiva o desde la vicepresidencia de Internacionalización. Es también un privilegio poder liderar una organización en la que participan empresas con tanta experiencia y prestigio. Todos juntos debemos seguir sumando esfuerzos para superar los retos que tenemos por delante como sector, que no son pocos.

¿Qué objetivos se ha fijado, a corto y a más largo plazo?
Son muchos los objetivos de la FEV y en ámbitos muy diversos, algunos permanentes y otros más coyunturales, aunque si tuviese que citar algunas de las prioridades de la organización en estos momentos creo que hay tres ejes de actuación fundamentales: internacionalización, recuperación del consumo en España y lucha contra el cambio climático.
A nivel interno, mi objetivo es conseguir el máximo de participación de las empresas del sector e incorporar nuevos asociados para seguir reforzando la organización.

Uno de los principales ejes de actuación de la FEV en los próximos meses es el de la internacionalización. ¿Qué piensan hacer al respecto?
En el primer semestre de 2017, las exportaciones de vino español alcanzaron un récord histórico de facturación, con un valor de 1.320 millones de euros. Se trata, sin duda, de una tendencia muy positiva, pero es importante seguir trabajando para que se consolide en el tiempo y para que vaya acompañada de un incremento del precio de nuestros vinos en los mercados exteriores, una de nuestras asignaturas pendientes.
Es precisamente por esa gran vocación exportadora de nuestro sector que la internacionalización ha sido siempre una de las prioridades de la FEV y así debe seguir siendo. En este sentido, trabajamos cada día junto a las autoridades nacionales y europeas para tratar de poner fin a las barreras y obstáculos que van surgiendo en nuestros mercados objetivo, al tiempo que apostamos por promover acuerdos comerciales que faciliten los movimientos de vino entre países en un mundo cada vez más global.
A modo de ejemplo, recientemente hemos podido ver los beneficios de este tipo de acuerdos con la entrada en vigor parcial del acuerdo entre la UE y Canadá (CETA), en el que la FEV ha participado activamente, y que ha supuesto, entre otros aspectos, la eliminación de los derechos de aduana existentes sobre los vinos. Pero todavía queda mucho por hacer en otros países como India, Brasil o China, por poner algún ejemplo, que siguen siendo muy proteccionistas y en los que hay un enorme potencial para nuestros vinos.

Otra prioridad, es la recuperación del consumo del vino en España. ¿Por qué ha bajado y cómo se puede recuperar?
No hay una sola causa que explique el descenso del consumo de vino en nuestro país, pero lo cierto es que en los últimos treinta años venimos experimentando una caída continuada que nos ha llevado a la situación de ser uno de los principales productores del mundo en el que, sin embargo, menos vino se consume.
Afortunadamente parece que hay cifras recientes que nos indican que existe cierto repunte en el consumo tras los duros años de crisis económica en España. Pero como sector no podemos conformarnos y por eso desde la FEV llevamos tiempo trabajando intensamente en el seno de la Interprofesional del Vino junto al resto de organizaciones para lanzar la primera gran campaña nacional de promoción del consumo de vino, que llegará al público este mismo mes de noviembre.
El objetivo principal que nos marcamos con esta campaña es volver a poner de moda el vino, especialmente entre el público joven, normalizar su consumo y acercarlo a los momentos cotidianos. Con esta campaña queremos decirle al consumidor que el vino no debe ocupar únicamente el espacio de las ocasiones especiales y las fechas señaladas, sino que la vida nos ofrece a diario muchos momentos en los que el vino, consumido con moderación, es el acompañante perfecto.

Los efectos del cambio climático en el viñedo y en las producciones es otro aspecto que les preocupa. ¿Qué medidas pueden a nivel de viña tomar para mitigarlo y adaptarse a él?
El sector del vino ha sido desde siempre especialmente sensible a las condiciones climatológicas, no en vano el viñedo es uno de los cultivos más afectados por los cambios de temperatura. De ahí que la lucha contra el cambio climático es una prioridad no solo para muchas bodegas a título individual sino para la FEV como organización.
En estos momentos, desde la Federación estamos trabajando en varias líneas de actuación relacionadas con este ámbito porque queremos contribuir a ser parte de la solución. Ejemplo de ello es que estamos en contacto con las autoridades para tratar de reducir en la medida de lo posible el exceso de burocracia que desincentiva a las empresas en el uso de energías renovables y en el autoconsumo energético. Sabemos que existe un gran interés en las empresas de nuestro sector en invertir en energías renovables, pero es fundamental que no se pongan trabas ni obstáculos que dificulten dichas inversiones.
A nivel de viña, hemos convocado próximamente un grupo de expertos en el marco de nuestra Comisión Técnica para empezar a estudiar qué medidas son las más efectivas que se podrían adoptar y cuantificar las inversiones necesarias para implementarlas. En cuanto tengamos este trabajo más avanzado, queremos ponerlo a disposición de las autoridades para implicarles también en una estrategia común

¿Qué valoración hace de la vendimia de este año? ¿Qué les ha llevado a pedir desde la federación estabilidad y visión a largo plazo ante una cosecha corta en todo el mundo pero de excepcional calidad?
A falta de datos definitivos y por las previsiones que van ofreciendo algunos organismos oficiales parece que nos encontramos ante una de las cosechas más cortas de la historia a nivel mundial y especialmente en los principales países productores, entre ellos el nuestro.
En el caso de España, la sequía y el elevado calor prolongado en el tiempo han sido, junto a las heladas del mes de abril, las principales causas de la importante merma en una cosecha que, sin embargo, parece que será de una calidad extraordinaria.
Ante esta situación de relativa escasez, desde la FEV hemos defendido que el objetivo del conjunto de los operadores incluidos en la cadena de valor del vino debería ser lograr un incremento progresivo del valor del producto tanto en el mercado nacional como internacional, evitando sobresaltos que puedan poner en riesgo la rentabilidad del negocio en el medio y largo plazo. Como organización tenemos claro que la creación de valor, para que sea sostenida y sostenible en el tiempo, no puede basarse en aspectos coyunturales de abundancia o escasez, sino que debe construirse progresivamente y de forma equilibrada a partir de una mejora en la imagen del producto en los distintos mercados.

Isidre Font. Publicado en Enoviticultura nº48

Coincidiendo con el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, el 28 de abril, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha publicado un monográfico formativo sobre los principales riesgos y medidas preventivas en viñedo. Asimismo, ha realizado este tipo de monográfico en cuatro sectores más: frutales, olivar, cultivos bajo abrigo y ganadería. Cada una de las 5 publicaciones se dividen en varios bloques temáticos: seguridad en el trabajo, higiene, ergonomía, salud psicosocial y un apartado específico en el que se detallan acciones preventivas para la mujer trabajadora.

Esta acción divulgativa se complementa con visitas informativas, para orientar a los empresarios agrarios y trabajadores sobre los posibles riesgos laborales de su actividad. En las visitas se proporciona documentación sobre prevención de riesgos y se informa sobre las particularidades del sector en cada área específica.

Al respecto, Eduardo López, responsable del Área de Riesgos Laborales de COAG ha manifestado que «Uno de los mayores riesgos que existe en materia de prevención en el sector agrario es la falta de información y formación. Al ser un sector en continua evolución, dado que cada vez la tecnología avanza de forma más rápida, los riesgos van siendo cambiantes y las medidas de seguridad que se deben llevar a cabo no avanzan al ritmo que debieran; por eso la importancia de suministrar información detallada y actualizada a cada sector para conocer y prevenir los riesgos».
www.coag.org 

En la Unión Europea (UE) había 2,4 millones de explotaciones de viñedo en 2015, que sumaban un total de 3,2 millones de hectáreas (ha), mientras que la superficie media por explotación fue de 1,3 ha, con diferencias significativas entre los Estados miembros, según figura en un informe publicado recientemente por Eurostat, la oficina de estadística de la UE. En el citado estudio, en el que aparecen los resultados de la última recopilación de datos de la UE sobre la estructura de los viñedos, queda reflejado que España, Francia e Italia suman tres cuartas partes de la superficie vitivinícola comunitaria.

Con 941.000 hectáreas de viñedo, es decir, el 30% de la superficie total de la UE, España es el Estado miembro con la mayor superficie destinada a la uva para vino en 2015, seguida por Francia (803.000 ha, con el 25%), Italia (610.000 ha con el 19%). A distancia de estas tres se sitúan Portugal (199.000 ha, el 6%), Rumanía (184.000 ha, el 6%), y Grecia y Alemania (ambos alrededor de 103.000 ha, o el 3% cada uno).

Por su parte, Castilla–La Mancha (434.000 ha) era en 2015 la región con mayor superficie vitivinícola, representando el 14% del total de la UE, por delante de Languedoc–Roussillon (239.000 ha o 7%) y Aquitania (144.000 ha, o el 5%), ambas en Francia.

Del total de hectáreas que se dedican en la UE al viñedo, 2,5 millones de hectáreas (78%) son viñedos cuya producción de uva se utilizará para elaborar vino de calidad, que se refiere tanto a denominación de origen protegida (2,1 millones ha, o el 83% del total de vino de calidad en la UE) como a la indicación geográfica protegida (0,4 millones ha, es decir, el 17%).

Rumanía, al frente de las explotaciones
Asimismo, más de un tercio de todas las explotaciones vitivinícolas de la UE se encuentran en Rumanía. Así, este país con 855.000 explotaciones (el 36% del total de la UE) está por delante de España (518.000 explotaciones, el 22%), Italia (299.000 explotaciones, el 12%), Portugal (212.000 explotaciones, el 9%) y Grecia (189.000 explotaciones, el 8%).

En cambio, la superficie media más alta por explotación en 2015 se registró de manera muy acentuada en Francia (10,5 hectáreas), seguida a distancia de Luxemburgo (4,0 ha), Austria (3,2 ha), Reino Unido (3,1 ha), Alemania (2,4 ha), Italia y Eslovaquia (2,0 ha), y España y Hungría (1,8 ha). Por el contrario, se registraron zonas medias por debajo de 1 ha por explotación en Rumanía (0,2 ha), Malta (0,3 ha), Croacia (0,4 ha), Grecia, Chipre y Eslovenia (0,5 ha) y Portugal (0,9 ha).