Inmaculada Sanfeliu vuelve a presidir Intercitrus

La Asamblea General Ordinaria de la interprofesional citrícola española (Intercitrus) –clausurada por el consejero de Agricultura valenciano, José Luis Aguirre– ha elegido como su nueva presidenta a Inmaculada Sanfeliu (Asociación de Organizaciones de Productores Integradas en el Comité de Gestión de Cítricos, CGC), quien ha sustituido en el cargo a Enrique Bellés (Cooperativas Agro-alimentarias).

Sanfeliu, que asume esta responsabilidad por segunda ocasión, ha explicado los ejes estratégicos de su mandato: avanzar en materia de reciprocidad frente a la oferta citrícola de terceros países; evitar la introducción de más plagas foráneas y en este sentido, estar «especialmente vigilantes» en cuanto al cumplimiento del tratamiento de frío a las naranjas procedentes de países terceros que padezcan ‘Falsa polilla’; excluir a los cítricos y al zumo de naranja del Acuerdo UE-Mercosur pendiente de ratificación e intentar minimizar los efectos de la sequía. En este sentido ha señalado que «no podemos dejar morir el arbolado por unos años malos, la situación en zonas como la Cuenca del Guadalquivir o la del Guadiana es crítica y necesitamos la implicación de todas las administraciones para salvar toda la riqueza que se pueda».

Por su parte, Bellés ha insistido en la prioridad de que la interprofesional «alcance un acuerdo desde el principio de campaña que le permita, primero, ordenar el marco de contratación, para después centrar sus esfuerzos en armar un plan de comunicación y promoción del consumo de naranjas y mandarinas españolas con el que revertir el declive de su demanda en el mercado interior y poner en valor sus atributos diferenciales como base de la dieta saludable y sostenible, aprovechando las herramientas que la UE pone a disposición de las campañas de promoción».  

En su intervención Sanfeliu ha indicado que «ya hemos demostrado que podemos actuar como lobby, que podemos trabajar juntos, conseguir logros necesarios y beneficiosos para todos y consolidarnos como interlocutor de todo un sector». Asimismo, se ha mostrado partidaria de promover una nueva extensión de norma para financiar acciones promocionales «no sólo para incentivar el consumo sino para poner en valor las propiedades de los cítricos y zumos naturales, los estándares de calidad y seguridad alimentaria europeos asociados a las naranjas y mandarinas españolas frente a los incumplimientos de la oferta de países no comunitarios».

Hito y cambio de paradigma

Tras describir la consecución del llamado cold treatment como un «hito y un cambio de paradigma en la sanidad vegetal de la UE», la responsable de la interprofesional ha apelado a la ayuda del consejero autonómico de Agricultura así como del Gobierno central, para lograr que en esta campaña se aplique dicho tratamiento «de forma eficaz y ajustada a la norma», que se extienda al conjunto de especies amenazadas (incluidas la mandarina y el pomelo, que también son hospedantes de la ‘Falsa polilla’) y para que no se repitan las irregularidades de 2022.

Avanzar en la reciprocidad, es decir, que las naranjas y mandarinas importadas se produzcan en las mismas condiciones que las comunitarias, es otra de las metas marcadas. Al respecto, ha aludido a dos cuestiones concretas: las alertas por residuos de pesticidas reiteradamente desencadenas por las importaciones de cítricos de Turquía o Egipto y la ratificación del Tratado Comercial de la UE con los países de Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay). «Lo que está sucediendo es una vergüenza y una prueba de la doble moral de la UE. Ha llegado la hora de actuar y pedir que se depuren responsabilidades por el incumplimiento de la normativa comunitaria en materia de plaguicidas, por no hacer cumplir o exigir el cumplimiento cuando se trata de importaciones de países terceros y por poner en peligro con ello la seguridad alimentaria de los consumidores europeos», ha apuntado Sanfeliu poniendo el acento tanto en el caso turco como, en materia medioambiental, sobre la oferta citrícola de Brasil y Argentina. En cuanto al referido acuerdo comercial con Mercosur, ha insistido en que el desmantelamiento arancelario para los zumos de naranja de Brasil se traduciría en una reducción del precio percibido por el agricultor y amenazaría con «hacer desaparecer» a la industria de transformación de zumos española. Por todo ello, ha defendido la postura exhibida por Francia, que hasta el momento ha vetado confirmar el tratado porque lo considera «incompatible» con el Pacto Verde Europeo.

A este último respecto, y en tanto en cuanto no se den garantías de que las condiciones que se pretende imponer de puertas adentro se hacen extensibles hacia fuera de la UE, Sanfeliu ha considerado «ineludible» posponer la aplicación de la propuesta de Reglamento de Uso Sostenible de los Fitosanitarios, que quiere rebajar antes de 2030 en un 50% el uso de pesticidas y que supone la prohibición total del recurso a estos productos químicos en ‘áreas sensibles’. «Los objetivos de reducción y las prohibiciones completas son un enfoque equivocado, no sólo porque implicarán pérdidas masivas de producción y un desplome de los rendimientos sino porque, provocará un efecto sustitución por la fruta foránea», ha concluido.

 

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