Cesta

Su cesta de la compra esta vacía
Suscríbete Visita el kiosco

Citricultura

El bosque de más de nueve millones de limoneros de la cuenca mediterránea española retiene un total de 360.550 toneladas de CO2 al año, con lo que es claramente fijador de gases de efecto invernadero, según figura en el informe ‘Huella de carbono del sector del limón en España’, realizado por la Asociación Interprofesional del Limón y Pomelo de España (AILIMPO).

«El limonero es el cultivo que consigue valores superiores de fijación de carbono con respecto a otros cítricos y el resto de las especies arbóreas», han apuntado desde la interprofesional. Y aunque el sector también desprende emisiones durante su actividad (49.300 t al año), «estas son mínimas en comparación con los gases que captura».

El informe llevado a cabo por AILIMPO cuantifica la huella de carbono del sector desde el campo a la mesa. Así, los resultados obtenidos concluyen que cada limonero captura 22,6 kg de CO2 al año, mientras que un kilo de limones frescos que el consumidor compra retiene unos 263 gramos de CO2. En definitiva, «el bosque de limoneros de España es un aliado en la lucha contra el cambio climático, ya que es sumidero de las emisiones que de media al año generan en nuestro país un total de 62.500 personas». Además, el cálculo de la huella de carbono forma parte de la política de sostenibilidad de esta entidad en el eje medioambiental, en línea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 13 de Naciones Unidas (ONU) de medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.

Las elevadas cifras de fijación de gases de efecto invernadero vienen determinadas por las formas de cultivo que aplica el sector del limón. De esta manera, el aumento de la superficie de producción ecológica en la última década contribuye a una mayor captura de CO2. En este sentido, «la incorporación de restos de poda supone la reducción de la evaporación de agua del suelo y un aumento de materia orgánica en el terreno que almacena más gases contaminantes».

Por otro lado, la optimización del riego y el uso de técnicas como sondas de humedad, mallas de acolchado para reducir la evaporación o la técnica del riego deficitario controlado «conllevan una reducción del consumo de agua y, por tanto, una menor necesidad de energía para el riego, reduciendo emisiones». Desde AILIMPO han indicado que «dado que el 92% de la superficie de limón cuenta con sistemas de riego localizado sin laboreo del suelo, no se consumen combustibles fósiles en el acondicionamiento del terreno. Y la no labranza conlleva una menor actividad de mineralización de la materia orgánica, lo que favorece la fijación de mayor cantidad de carbono en el suelo».

A pesar de los buenos datos que se desprenden de este informe, desde el sector del limón continúan trabajando para reducir aún más las emisiones que se generan durante el transporte desde las explotaciones agrícolas (18.122 t de CO2); en el manipulado en los almacenes o industrias (19.705 t CO2) y en el procesado (11.472 t CO2).

Al respecto, el sector está implementando medidas para mejorar aún más los niveles actuales de fijación de gases de efecto invernadero promocionando el fomento de la agricultura ecológica; la innovación en la eficiencia del riego y la optimización en el uso de agua y fertilizantes; la inversión en energías renovables en las explotaciones; o la modernización de la maquinaria agrícola y de las flotas de vehículos por otros con menores emisiones o que empleen energías alternativas a las fósiles. 

Leer más

 

 

 

 

 

 

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha destacado en un debate en el Senado que la lucha eficaz contra la plaga del ‘cotonet’ de les Valls pasa por adoptar una estrategia integral a lo largo de todo el año. En su intervención, en respuesta a una interpelación del Grupo Popular, ha indicado que los diferentes tratamientos fitosanitarios empleados, entre ellos, el metil-clorpirifos, sustancia peligrosa para la salud humana, no han impedido la dispersión de la plaga, debida, sobre todo, al transporte entre parcelas afectadas.

Planas ha advertido, asimismo, sobre el riesgo que supondría una autorización excepcional del metil-clorpirifos, sustancia prohibida por la Unión Europea (UE), ya que cualquier mínimo residuo que pudiera detectarse conllevaría el rechazo de los productos españoles por parte de operadores y autoridades de los países de destino. De acuerdo con la legislación comunitaria, está prohibido comercializar productos que contengan residuos de esta sustancia. Por este motivo, el ministro ha señalado que si supiera que esa es la mejor solución la tomaría, «pero no la tomo por responsabilidad», ha sentenciado.

El ministro ha remarcado la necesidad de contar con un plan de lucha integral, puesto que el uso del metil-clorpirifos no ha resultado ser eficiente para evitar la propagación de esta plaga. El Delottococus aberiae, conocido como ‘cotonet’ de Les Valls, además de afectar a cítricos, provoca daños en caqui y níspero. Hasta ahora se ha detectado en la Comunidad Valenciana y, también, en la provincia de Tarragona, en Cataluña.
 

Uso de sustancias no tóxicas
Planas ha subrayado la necesidad de hacer frente a esta plaga mediante sustancias no tóxicas, a través de productos fitosanitarios alternativos, organismos de control biológico y métodos biotecnológicos de control poblacional mediante la feromona de la plaga. También ha hecho hincapié en la necesidad de no olvidar las medidas de bioseguridad, ya que es evidente que la plaga se ha transportado de unos lugares a otros.

Asimismo, ha explicado que esta plaga apareció en España hace doce años y que los diferentes tratamientos fitosanitarios empleados no han impedido su dispersión. Ante la eventualidad de su posible extensión fuera de estos territorios, en septiembre de 2020 el Comité Fitosanitario Nacional (órgano de coordinación nacional en materia de sanidad vegetal) puso en marcha un plan de acción para la lucha frente al ‘cotonet’, cuyas medidas deben ser aplicadas en todas las comunidades autónomas en las que se constate la presencia de esta plaga.

Además de las medidas sanitarias en cultivos, el plan incluye una estrategia de bioseguridad e higiene para las cajas y envases empleados en la recolección de la fruta con el fin de evitar así la dispersión del ‘cotonet’. También recoge medidas aplicables a la maquinaria y medios de transporte hasta las centrales de envasado o producción.

Respecto a la denegación de la autorización, por parte de la Unión Europea, del uso de metil-clorpirifos para combatir la plaga de ‘cotonet’, Planas ha puntualizado que la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA, siglas en inglés) consideró que esta sustancia suponía un riesgo potencial grave para la salud de las personas, por lo que propuso su «no renovación». Dicha propuesta fue votada y aprobada por el Comité Permanente de la Cadena Alimentación y la sustancia fue cancelada. Ante esta situación, el ministerio ha estado trabajando, en coordinación con la Comunidad Valenciana, en métodos biológicos de lucha mediante la realización de ensayos que permitiesen la autorización del organismo de control biológico Anagyrus aberiae, un depredador natural cuyas sueltas comenzaron a realizarse a partir de septiembre de 2020. También se ha autorizado, de manera excepcional, el uso de feromonas para el control de la plaga.

Por último, el ministro ha destacado la importancia de observar las recomendaciones comunitarias en materia de sanidad vegetal para que los productos españoles sigan siendo un referente de seguridad y calidad, tanto a nivel europeo como mundial.
 

AVA-ASAJA denuncia falta de acción política
Por su parte, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) reacciona al debate en el Senado sobre la lucha contra el ‘cotonet’ denunciando «la falta absoluta de acción política por parte de todos los niveles para prevenir la llegada de esta plaga a la citricultura valenciana en 2009, para eliminarla en los pocos campos donde fue detectada y para ofrecer a los agricultores herramientas de control verdaderamente eficaces».

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, ha indicado que «el alcance tan catastrófico que este ‘cotonet’ procedente de importaciones citrícolas de Sudáfrica está provocando en nuestras cosechas es consecuencia de la incompetencia de las distintas administraciones y de su escandalosa negativa para atender debidamente las demandas que desde el sector agrario les hemos ido trasladando». Para matizar que «en este momento únicamente sería factible mantener la autorización, con carácter excepcional, del Clorpirifos y otras sustancias contra el ‘cotonet’ para el mercado nacional, pero si queremos enviar nuestros cítricos más allá de los Pirineos, destino donde exportamos más del 90% de la cosecha, debemos tener claro que en ningún otro país de la Unión Europea podrían detectarse residuos del Clorpirifos y similares porque rechazarían los pedidos. Por tanto, hay que medir muy bien las consecuencias».

Leer más

Tras la sesión del 22 de marzo del Consejo de ministros de agricultura de la Unión Europea (UE), centrada en parte en la protección de cultivos, Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos considera que la UE «debe ser coherente con sus discursos y endurecer los mecanismos para evitar la entrada de plagas y enfermedades».

La presidencia portuguesa ha planteado durante esta sesión a los ministros, respecto a las medidas fitosanitarias, cómo puede mejorarse la preparación para proteger a la UE contra las plagas y crear sinergias en el marco del Pacto Verde y la estrategia ‘De la Granja a la Mesa’.

Unión de Uniones difiere del criterio del ministro de Agricultura español, Luis Planas, respecto a la excelencia de la herramienta de la ley de Sanidad Vegetal y el Reglamento 2016/2031, y recuerda que la Unió de Llauradors «viene alertando de un incremento importante en los rechazos de importaciones de cítricos por presencia de plagas, en ocasiones prioritarias, por lo que el riesgo de entrada no hace más que aumentar». La organización agraria cree que este aumento de la presión de entrada supone «una grave amenaza para los sectores productivos europeos y las consecuencias de la entrada de enfermedades prioritarias sería devastadora».

En este sentido, Unión de Uniones considera que algo está fallando y exige unos mayores recursos para los puestos de inspección fronteriza, mecanismos disuasorios para que los importadores no intenten introducir partidas contaminadas, así como disposiciones estrictas en este sentido en los acuerdos de libre comercio. Para subrayar que la reducción de uso de fitosanitarios sin alternativas «impactaría en la competitividad y en la productividad».

Por lo que respecta a la estrategia ‘De la Granja a la Mesa’, que cuenta entre sus objetivos la reducción del uso de fitosanitarios en un 50%, la organización agraria ha alertado que «si el ritmo actual de no renovación de sustancias activas permitidas en la UE se acelera por conseguir dicho objetivo, sin desarrollar alternativas lo suficientemente efectivas y de coste similar, la agricultura europea podría sufrir una importante pérdida de competitividad».

Por todo ello, Unión de Uniones insiste en que, para preservar la sanidad vegetal, y por tanto la productividad y el sector agrario europeo, se apoye el desarrollo de alternativas «realmente viables» para sustituir a los fitosanitarios. En este sentido, considera positivo la disposición del Consejo hacia una legislación específica relacionada con los agentes de control biológico que permita una normativa armonizada e impulse su desarrollo.

Leer más

Las importaciones de cítricos procedentes de países terceros con destino a la Unión Europea (UE) batieron en 2020 –de enero a octubre– un nuevo récord histórico al llegar a los 2.198.146 de toneladas, lo que supone un incremento del 15,4% respecto al mismo periodo del año anterior, según ha revelado un estudio de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA), elaborado a partir de los datos de Eurostat y del Ministerio de Agricultura. 

La organización agraria ha señalado que Sudáfrica se ha consolidado como el primer país exportador de cítricos en la UE «gracias a las ventajas comerciales que le otorga el acuerdo firmado en 2016 y ya copa el 44% de las importaciones totales». Las 968.640 toneladas enviadas por este país durante 2020 arrojan un aumento del 24,8% en comparación con la campaña precedente. El crecimiento se produce especialmente en mandarinas tardías, que coinciden con las variedades tempranas valencianas, tras triplicar su superficie en una década.

El informe de AVA–ASAJA también destaca la segunda posición de Egipto, con 334.354 toneladas enviadas –un 16% más que en 2019–, debido a la plantación de miles de hectáreas de naranjas impulsada por la presa en el río Nilo. Turquía, cuyas importaciones citrícolas encendieron las alarmas del sector este enero por la detección de hasta 57 lotes con materias activas fitosanitarias prohibidas en la UE, pulverizó sus registros en 2020 al crecer un 49,5% y alcanzar las 190.294 toneladas. Por el contrario, descienden sus cargamentos Marruecos, debido al considerable descenso de producción, y Argentina, en este caso a raíz de la prohibición de la UE de la importación de limones y naranjas tras contabilizarse 133 interceptaciones de plagas y enfermedades de cuarentena en sus mercancías.

Importaciones de cítricos en la UE (enero-octubre, en toneladas)
País 2019 2020 Variación
Sudáfrica 776.372 968.640 +24,8%
Egipto 288.334 334.354 +16%
Turquía 127.273 190.294 +49,5%
Marruecos 203.730 183.168 -10,1%
Argentina 165.144 146.195 -11,5%
Total 1.905.129 2.198.146 +15,4%

Fuente: AVA–ASAJA, a partir de datos de Eurostat y el Ministerio de Agricultura

 

Por todo ello, la organización ha pedido a la UE «coherencia con su estrategia ‘De la Granja a la Mesa’ porque está firmando acuerdos comerciales con países terceros que fomentan la sustitución de los alimentos de proximidad por importaciones foráneas que generan un mayor impacto medioambiental». Para añadir al respecto que, «de nada servirá elevar las exigencias a los agricultores europeos si al mismo tiempo Bruselas incentiva la tremenda contaminación que emiten los envíos citrícolas que vienen desde más de 10.000 kilómetros y la competencia en condiciones desleales tanto en el uso de sustancias fitosanitarias que están prohibidas aquí como en el cóctel de residuos que necesitan aplicar a los frutos para evitar podredumbre durante el transporte de ultramar».

AVA–ASAJA también ha reclamado a las autoridades comunitarias que «replanteen su diplomacia con la finalidad de recuperar mercados tan interesantes para los cítricos como son Estados Unidos o Rusia. Bruselas está demostrando una torpeza política de consecuencias nefastas para el sector agrario, no para otros sectores económicos, y, de nuevo, una incoherencia respecto al comportamiento con otras grandes potencias menos democráticas donde no exhibe ningún problema para llegar a acuerdos comerciales».

 

 

Leer más

El Consejo Regulador Indicación Geográfica Protegida 'Cítricos Valencianos' ha conseguido de nuevo la acreditación de ‘Certificación de Producto’ bajo la Norma UNE–EN ISO/IEC 17065, que tiene desde enero de 2012, ratificando una vez más su gran apuesta por la calidad.

Según ha explicado José Enrique Sanz, director gerente de la IGP ‘Cítricos Valencianos’, «nos es muy grato contar con esta nueva renovación que ratifica nuestro compromiso con abanderar la certificación del origen y la calidad de los cítricos valencianos».

«La acreditación de ENAC es fundamental para la realización de nuestro trabajo de inspección de calidad, tanto en el ámbito productivo como en las centrales de manipulación y confección. Respalda nuestra labor como marca de calidad siempre velando por tener nuestros cítricos certificados bajo los parámetros más estrictos en lo concerniente a controles de producto y de trazabilidad», apunta José Enrique Sanz.

Además, el responsable gerencial de Cítricos Valencianos también ha señalado que «gracias a la labor de nuestro equipo técnico, formado por Cristina Mases, veedora y responsable de Calidad, junto a la incorporación del veedor Enrique Perales, estamos llevando a cabo una gran labor en el seguimiento de producto y en su certificación». Para añadir que «nuestra apuesta contundente por la calidad certificada está contribuyendo a impulsar todavía más nuestra dimensión internacional, incrementado nuestros asociados y posicionándonos cada vez mejor en los mercados más exigentes a nivel mundial».

Leer más

La Asociación de Productores de la Variedad Orri (Orri Running Committee, ORC) ha anunciado que prevé una producción de unas 60.000 toneladas de mandarina Orri durante la campaña 2020/21 que acaba de iniciarse. Se trata de una de las variedades más cotizadas del mercado y en las primeras semanas está alcanzando precios de venta más altos que en años anteriores.

El gerente de ORC, Guillermo Soler, ha manifestado que las lluvias de otoño y principios de invierno han beneficiado al engorde de esta variedad y se tienen buenas perspectivas en cuanto al calibre de la fruta, «lo que sumado a sus excelentes cualidades organolépticas permiten a la mandarina Orri diferenciarse del resto y configurarse como un producto de calidad Premium». Asimismo, se espera una alta demanda, «pues la sociedad pide cada vez más fruta de cercanía, con una alta calidad y la mandarina Orri responde a estas premisas».

La mandarina Orri tiene como principales mercados Francia, Gran Bretaña, Holanda, Bélgica, Alemania y Austria. «A pesar del gran éxito que la mandarina Orri está cosechando en la mayoría de mercados europeos, a través de un estudio de mercado que hemos llevado a cabo recientemente desde ORC, hemos detectado que todavía existe un gran potencial de crecimiento en el ámbito nacional», ha subrayado Soler.

En este sentido, durante la actual campaña se desarrollará una potente actividad promocional en los principales mercados mayoristas, cadenas de distribución y más de 8.000 fruterías, en la que se distribuirán entre los puntos de venta elementos identificativos de la variedad, de modo que el consumidor la pueda reconocer fácilmente.

Según han explicado desde la asociación, «la variedad Orri es elegida por su calidad suprema, prácticamente sin semillas y su textura fina, fundente y muy jugosa». Además, «los frutos, de buen tamaño, con la piel suave y lisa, de coloración naranja intenso, son de fácil pelado, aunque presenta una piel muy resistente y firme que le confiere una óptima conservación tanto en árbol como en postcosecha; una característica que permite que se conserve de manera natural en excelentes condiciones entre enero y mayo».

Leer más

El Comité de Gestión de Cítricos (CGC) ha exigido a la Comisión Europea (CE) que actúe con carácter de urgencia para frenar la ola de importaciones de cítricos procedentes de Turquía con problemas de residuos de plaguicidas. Según ha señalado esta entidad en un comunicado las incidencias detectadas se refieren a partidas de limones, naranjas, pero sobre todo de mandarinas turcas en las que los inspectores oficiales acreditan que bien superan el límite máximo de residuos permitido, bien han sido tratadas con sustancias activas prohibidas en la UE por su alta toxicidad y/o por ser poco respetuosas con el medio ambiente. Así lo reflejan los datos oficiales del sistema RASFF –la red de alerta rápida para alimentos de la UE–, que ya en 2020 registró una cifra récord de rechazos en frontera en cítricos turcos –hasta 54, cinco veces superior a la de 2019, que fue de 11– pero cuya evolución se ha agravado, más si cabe, hasta cuotas insospechadas durante las últimas semanas de este mismo año.

Cabe resaltar que desde el 1 de enero y hasta el día 29 del mismo mes, 57 lotes de cítricos procedentes de este país hicieron saltar una alarma por sufrir anomalías al pasar alguna de las inspecciones programadas: la inmensa mayoría –hasta 43 de ellas– por acreditarse a través de pruebas de laboratorio la presencia de fitosanitarios no autorizados.

El CGC ha subrayado que la situación es especialmente preocupante en el caso de las mandarinas turcas por varios motivos. De un lado, porque tanto durante 2020 como en lo poco que llevamos de año acaparan la mayor parte de las alertas: en 2020 fueron 26 los lotes rechazados por problemas fitosanitarios, pero es que en sólo 29 días de enero se ha superado tal cantidad (hasta 27). Por otro, porque las mandarinas (y las naranjas) fueron incluidas por primera vez en el listado de alimentos de ‘especial vigilancia’ de la UE hace relativamente poco tiempo –concretamente, en mayo de 2020 (Reg. De Ejecución 2020/625 de la Comisión) y fue a partir de entonces cuando se estableció que la frecuencia de los controles en frontera fuera del 5% de los lotes. Un porcentaje mínimo frente al 10% que se impuso también entonces a las naranjas, que contrasta con el 40% de los lotes que llegaron a revisarse en su (peor) momento para los limones y pomelos turcos o incluso con el 50% que se impone a aquellos alimentos asociados a países de procedencia que son considerados como de extremo riesgo. Es, por tanto, «un umbral muy bajo para haber registrado tan ingente cantidad de rechazos en frontera». Por todo ello, el CGC reclama a la Comisión que eleve ‘de inmediato’ este umbral mínimo de inspección en el caso de las mandarinas hasta el 30 o el 40% o incluso «advierta a las autoridades turcas de un posible veto temporal a la importación de la UE hasta que no se acredite que pueden cumplir con la normativa vigente».

Asimismo, este comité ha indicado que «las alertas desatadas durante estos meses confirman las deficiencias en el sistema de control de determinados pesticidas sujetos a especial vigilancia. Es el caso de sustancias como el clorpirifos y metil–clorpirifos –prohibidos en la UE– o de otros tantos para tratamientos de postcosecha, como el esfenvalerato o el prochloraz que, en el mejor de los casos, duplican en muchas de las alertas notificadas los LMR permitidos».

La situación contrasta con el esfuerzo del sector citrícola español «por adaptarse a retiradas tan traumáticas como la del citado clorpirifos que –pese a no tener alternativa posible en la lucha contra plagas tan graves como la del Cotonet de Sudáfrica– no ha provocado ni una sola alerta desde que fue retirado del mercado europeo».

Leer más

José Vicente Aguado Tronchoni, histórico dirigente del asociacionismo agrario que contribuyó de manera directa a la constitución de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) en 1977 y de ASAJA a nivel nacional en 1989, ha fallecido a causa de la Covid–19.

Nacido hace 86 años en Picassent (Valencia), fue uno de los 17 firmantes del acta de constitución de la AVA. En los años siguientes llegó a presidir Jóvenes Agricultores, donde propició la fusión de ambas entidades, anteponiendo el interés común a consideraciones personalistas. En la actualidad era miembro de la junta directiva de AVA-ASAJA y desde 2004 estaba al frente de la Asociación Valenciana de Agricultores Mayores (AVAM).

Su labor en defensa de los agricultores también favoreció la creación de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) en 1989, fruto del acuerdo de fusión del CNAG, CNJA y UFADE. Durante el acto de constitución, Aguado Tronchoni pronunció una ponencia para resaltar el papel esencial que desempeña el sector agrario (y que la pandemia ha puesto de relieve).

Además, fue representante nacional en el COPA-COGECA –la entidad que aglutina a las principales organizaciones agrarias y cooperativas de la Unión Europea (UE)– y en el Comité Consultivo de Frutas y Hortalizas en representación de ASAJA.

En su larga trayectoria también ocupó cargos de responsabilidad en la Hermandad de Agricultores de Picassent, en la Cámara Provincial Sindical Agraria de Valencia y en la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Cítricos Valencianos. Entre los numerosos reconocimientos que recibió cabe reseñar la Cruz de Caballero al Mérito Agrícola en 1974 y la Distinción Extraordinaria de AVA-ASAJA en 2012.

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, ha manifestado que «José Vicente Aguado Tronchoni es uno de los nombres que destaca, sin duda y con luz propia, en los inicios del asociacionismo agrario valenciano y español. Antes, durante y después de la transición a la democracia demostró un compromiso inquebrantable al servicio de los agricultores y, lo que aún resulta más meritorio, una generosidad al alcance de muy pocos para facilitar la unión de distintas organizaciones tanto en Valencia como en el conjunto nacional».Para añadir que «el campo siempre recordará la profunda e inigualable huella que nos ha dejado José Vicente Aguado Tronchoni».

Leer más

LA UNIÓ de Llauradors, organización que pertenece a la Unión de Uniones, ha reclamado una mayor información sobre la nueva plaga foránea detectada en plantaciones de cítricos de Huelva, un trips denominado Scirtothrips aurantii, y ha solicitado a la Generalitat Valenciana que informe al sector sobre las medidas que va a adoptar para evitar que se introduzca en la citricultura de esta comunidad autónoma.

Como ya informabamos hace unos días, la Junta de Andalucía ha confirmado la presencia de esta nueva plaga importada, cuyo origen proviene de Sudáfrica, y que ataca sobre todo a las naranjas cuando son pequeñas y les provoca una gran cicatriz alrededor del pedúnculo, que se va ensanchando conforme crecen los frutos y dejándolas sin ningún tipo de valor comercial.

LA UNIÓ insiste en el riesgo existente para la citricultura española y de la Comunitat Valenciana con las importaciones de cítricos de terceros países y la posible entrada de plagas. Por ello, ha señalado que los datos del total de interceptaciones en la Unión Europea (UE) de organismos nocivos introducidos a través de la importación de cítricos procedentes de países terceros, correspondientes a 2020, «ponen de manifiesto su peligro ya que se ha vuelto a producir un incremento del 42% en relación al año anterior, al pasar a 233 interceptaciones el pasado año por las 164 de 2019. Por ejemplo, en el año 2017 fueron 88 y en 2018 se detectaron 100, lo que indica que es un problema que va al alza».

La organización agraria ha reiterado que las producciones provenientes de países que tengan la presencia de plagas de cuarentena «deben tener inspecciones en origen antes de salir los contingentes y recibir un tratamiento en frío durante su transporte para destruir con eficacia la plaga y evitar su propagación en un futuro por el territorio europeo».

En este sentido, Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ, ha indicado que «los protocolos de importación de cítricos de fuera deben ser más eficaces pues su laxitud provoca que se introduzca una nueva plaga como la detectada en Andalucía». Para añadir que «no podemos continuar así y la Comisión Europea debe asumir y garantizar unas relaciones comerciales estables y seguras para los productores con objeto de evitar posteriormente el coste innecesario de fondos públicos para investigación y control de plagas. Prevenir bien es por tanto la mejor herramienta y eso debe entrar en la cabeza de las autoridades comunitarias».

Leer más

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA) ha exigido al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) que «deje de marear la perdiz con el anuncio de más y más estudios sobre la cadena de valor y aplique de una vez por todas la reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria, estableciendo los costes efectivos de producción de nuestras producciones agropecuarias y tomándolos como referencia oficial en los contratos, de manera que los agricultores y ganaderos no puedan seguir percibiendo precios por debajo de costes».

Ante las declaraciones del secretario general de Agricultura, Fernando Miranda, durante el pleno del Observatorio de la Cadena Alimentaria en las que se compromete a «avanzar en la consecución de los estudios de la cadena de valor de distintos alimentos», entre ellos los cítricos, AVA–ASAJA ha respondido que un reciente estudio cuantifica los costes medios de producción de los cítricos en España y los sitúa en 0,23 euros por kilo (€/kg) en el caso de la naranja (variedades navelina y lanelate), 0,28 €/kg en la mandarina (clementinas) y 0,20 €/kg en el limón (fino y verna). Así concluyen los investigadores del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), Pedro Caballero y María Ángeles Fernández–Zamudio, y la investigadora de la Universidad Politécnica de Cartagena, María Dolores de Miguel, en su informe ‘Regresión o continuidad del sector citrícola. Función de los costes’ incluido en el monográfico ‘Una hoja de ruta para la citricultura española’, publicado por Cajamar. 

El presidente de AVA–ASAJA, Cristóbal Aguado, ha asegurado que «sin precios dignos, la mancha marrón de los campos sin cultivar continuará creciendo, las estrategias medioambientales fracasarán porque perderemos un sector fundamental para el cuidado del territorio y nuestra soberanía alimentaria, tan necesaria como se ha demostrado durante esta pandemia, correrá grave peligro». Y ha añadido que «además de vigilar de cerca la evolución de los costes efectivos de producción en cada eslabón de la cadena de valor, es necesario que el ministerio haga un seguimiento exhaustivo de esta ley y detecte las debilidades para rectificarlas y convertirlas en fortalezas, a través de actualizaciones reglamentarias».

Por otra parte, AVA–ASAJA ha anunciado que ha puesto a disposición de los agricultores sus servicios técnicos para asesorarles y ayudarles a la hora de trasladar ante la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), órgano dependiente del MAPA, posibles prácticas abusivas para que abra una investigación y, en su caso, imponga las sanciones correspondientes.

Leer más